En la parte alta del registro de voces masculinas se encuentra el Tenor ligero: Voz liviana, aguda y ágil. Muy apreciada durante el clasicismo y piedra angular en el Bel Canto. Una subdivisión habitual -que no única- se aplica en función del repertorio por el que se opte, obteniendo el tenor Mozartiano y Rossiniano respectivamente, cuyo perfil viene determinado por las exigencias que marca la partitura y estilo de cada compositor.
Del tenor Mozartiano se espera belleza tímbrica, fraseo y pronunciación límpida, musicalidad, elegancia, equilibrio e impostación perfecta. En el siguiente vídeo, el malogrado Fritz Wunderlich, posiblemente el mejor tenor Mozartiano de todos los tiempos, interpreta una de las arias más célebres y paradigmáticas de esta tesitura.
Lejos de la línea sobria y elegante con la que Mozart conduce a sus "ligeros", Rossini los lleva por sendas imposibles, sólo aptas para cantantes fuera de serie, esto es, los tenores Rossinianos. Del tenor Rossiniano se espera una excepcional técnica que le permita realizar las coloraturas típicas del bel canto (virtuosismos vocales) y dificilísimos saltos de octava (pasar de una nota dada a la misma nota pero sobreaguda o grave), velocidad en el fraseo, agudos inalcanzables y un solvente fiato (técnica de dosificación del aire). La exigencia de algunas piezas de Rossini es tal que hubo que esperar varios años de desarrollo en la técnica vocal para que éstas pudieran ser cantadas en su totalidad. Aún hoy día, muchas de las arias de Rossini son "incantables" incluso para especialistas en su repetorio. Como vídeo ilustrativo dejo uno protagonizado por el mejor tenor Rossiniano de la historia, el ya conocido por estos lares Juan Diego Flórez. He optado por un aria que se aleja un poco de la endiablada coloratura -aunque también tiene- de la célebre "cessa di piu resistere" para ejemplificar especialmente los saltos de octava, cuyos primeros "ataques" los tenéis en los minutos 3:47, 4:32 y 4:42, tras el cambio de tempo. Terra amica, de la ópera Zelmira. Elegante dinámica rossinana y el talento incontenible del peruano. Terrible!
Ahí lo llevas, Andrónico.
