domingo, 28 de abril de 2013

Campeon del III Torneo de Mus de la villa de Regensburg

Para aquellos museros de corazón tengo a bien comunicarles que me he proclamado Primer Campeón de un torneo serio de mus de Regensburg. Espero poder jugar pronto con ustedes. Aprovecho para decirles también que Raynair vuela ahora desde Nürnberg hasta a Alicante, y que salen precios por 50 pavos ida y vuelta. Ahí lo dejo.

viernes, 19 de abril de 2013

Con Dios hermanos

Senhor cantante te estoy dando ideas para tu regreso a los escenarios.

sábado, 13 de abril de 2013

"Ese chalado es un genio"


En estos términos se dirigía el reputado director de orquesta George Szell a su asistente tras asistir a un recital de Glenn Gould. Szell apelaba de esta manera tanto al genio pianístico del canadiense como a su carácter excéntrico (para los que no la hayan visto, os recomiendo como aproximación libre a la figura de Gould "Thirty Two Short Films About Glenn Gould", De François Girard y con el desafortunado título en español de "Sinfonía en soledad".

En una ocasión diferente, en las que el el bueno de Gould se las tuvo con otro gran director, el antagonismo entre ambos dio como resultado una curiosa anécdota. El director en cuestión era Leonard Bernstein, y juntos preparaban el concierto para piano nº 1 de Brahms. Bernstein destacaba no sólo por su talento para la música, las lenguas, los anagramas y otras tantas materias sino que era a su vez portador de un ego que no cabía en la sede de la Filarmónica de Nueva York. De él se decía que era súmamente arrogante, inflexible y nada permeable a sugerencias o consideraciones externas. Mucho tuvo que suceder entre ambos durante los ensayos para que la noche del estreno un claudicante Bernstein saliera a escena, saludara y en lugar de coger la batuta y ponerse a dirigir, se volviera de cara al público para "lavarse las manos" en lo referente a la interpretación que esa noche se iba a poder escuchar. El concierto iba a ser emitido en directo por radio, y gracias a ella se conserva la introducción de Bernstein. Aunque sé que manejáis con solvencia la lengua de Shakespeare, me ha parecido apropiado añadir la traducción.




"No se asusten, el señor Gould está aquí. Aparecerá en un momento.

Como saben todos ustedes, no tengo costumbre de hablar en ningún concierto excepto en el ensayo general de los Jueves por la noche, pero ha ocurrido algo curioso que merece, en mi opinión, una o dos palabras.

Están a punto de escuchar, cómo decirlo, una interpretación nada ortodoxa del Concierto de Brahms, una interpretación diferente a cualquier otra que yo haya escuchado jamás (…) porque se aparta con frecuencia de las indicaciones del propio Brahms. No puedo decir que esté en total acuerdo con la concepción que el señor Gould tiene de la obra y esto me hace plantear una pregunta interesante: ¿Qué hago dirigiéndolo? 

Pues voy a dirigirlo porque el señor Gould es tan válido y serio como artista que debo tomar en cuenta seriamente las cosas que él concibe de buena fe, y su concepción es lo suficientemente interesante como para que yo piense que merece la pena que ustedes la conozcan también.Pero la vieja cuestión permanece en el aire: en un concierto… ¿Quién es el jefe? ¿el solista o el director? . La respuesta es que a veces uno y a veces el otro según el grado de implicación en el asunto. Pero casi siempre, los dos alcanzan un acuerdo por persuasion o química o bien mediante “amenazas” para conseguir una interpretación unificada.

Sólo una vez antes en mi vida tuve que someterme al concepto del todo incompatible y novedoso del intérprete y fue la última vez que acompañé al señor Gould, pero esta vez, las discrepancias entre nuestros puntos de vista son tan grandes que me he visto obligado a hacer este pequeño aviso. Me dirán entonces que por qué lo voy a dirigir (…) o por qué no he buscado otro solista e incluso un director que me sustituya. Pues en primer lugar porque estoy fascinado y agradecido por tener la oportunidad de mostrar una cara nueva de una obra tan conocida; en segundo lugar, porque hay momentos en la interpretación del señor Gould que emergen con asombrosa frescura y convicción.

En tercer lugar porque todos podemos aprender algo de este artista extraordinario que es un filósofo de la interpretación; y, finalmente, porque en esta música podemos encontrar lo que Dimitri Mitropoulos solía denominar “el factor deportivo”, el factor de la curiosidad, la aventura, el experimento y les puedo asegurar que ha sido toda una aventura esta semana colaborar con el señor Gould en este Concierto de Brahms y es con este espíritu aventurero con el que ahora nos presentamos ante ustedes”


lunes, 1 de abril de 2013

Lunes de Pascua, recogimiento y oración

Estas chicas han convertido en arte lo que ya de por sí era una anécfota tronchante. Elevemos una plegaria:

Motopico tú que estas
en conejo y en ojal,
haz que el jano que por tí cedió
recupere un día su posición.
No permitas,
que caigamos en penetración,
no señor...
Y ten piedad,
del culo.

PersoNajeeeeeeeeee!!!

minuto 1:25, se descubre una nueva especie, conocemos el hombre-lobo, el hombre-sofa y ahora el hombre-cerdo.