miércoles, 28 de enero de 2009

El bus ateo

No soy un ateo militante, pero en esta ocasión he participado en la campaña del Bus ateo, pues considero que la campaña tiene fuerza en su sencillez. Lejos de ir dirigida a los creyentes, estimo que se enfoca hacia los dudosos, timoratos y los ateos convencidos que no se atreven a "salir del armario". Una campaña de este tipo, donde un mensaje que lanza la hipótesis de la no existencia de Dios (mensaje harto laxo, por otro lado. "Dios no existe, y punto", diría yo) es un modo de normalizar el ateísmo, de plantarlo a pie de calle, en una sociedad donde ser creyente, aunque sólo sea testimonial e hipócritamente inconcreto, es inocuo, pero ser ateo es sinónimo de nihilista, libertino, amoral y otras infundadas etiquetas. También confío en que estimulará la duda en los crédulos menos cerriles, escépticos respecto a otras pamplinas pero que, ni por asomo, se habrán planteado la posibilidad de que esa cosa llamada dios, no exista. ¿Cómo resitirse al descarado "dios ha muerto" Nietzscheano? Más allá del eslogan, la fuerza está en la actitud, en el desafío de un humano al "todopoderoso" (que no debe ser tal). Considero que, mutatis mutandis, el cartelito del bus cumple la misma función. Aprovecho el espacio que en éste blog se me otorga para animaros a participar.

Saludos ateos.






1 comentario:

Norbert dijo...

Arderás en el infierno, hereje!!!