viernes, 6 de noviembre de 2009

Bernhard: El sobrino de Wittgenstein



Hace unos días, y tras haberlo prestado con la ilusión y certidumbre con que uno confía al amigo la que piensa una obra maestra, me devolvieron el libro sin pena ni gloria. Como esto ha ocurrido ya otras veces -he prestado y regalado el libro incluso a varios miembros de la logia, de cuyo gusto literario jamás me había atrevido a dudar- comenzé a preguntarme si mi afecto por la torturada prosa del austríaco no estaba al menos en parte injustificado y fuera de toda duda y si no sería Bernhard a la literatura lo que los Cult al R N´R y yo una especie de quinceañera histérica. Peroraba alucinado acerca de la inconmesurabilidad de la obra de arte y sobre el capricho y el juicio de las generaciones, me torturaba recordando aquellas palabras de nuestro erudito Motopico en relación a La noche del cazador -obra maestra del padre de la Grulla- fatigué anaqueles y enciclopedias, mi corazón temblaba y todavía tiembla evocando la fría acogida del temible Ecuménico a París era una fiesta. Anoche releí el texto de Bernhard. Encontré una escritura excesiva y exagerada, a la vez que sentenciosa y repetitiva, bella como el relámpago e inhumana y atroz como el trueno. Y aunque sigo buscando respuestas, en definitiva...........me la tocáis a dos manos. (Si la logia fuera los de abajo me pido el gordito de detrás de Ludwig y sé que tengo al lado a la Iguana que se encuentra detrás de Véctor quien a su vez tiene a su izquierda a Motopico. A Ecuménico y a Grulla les reservo la gloria o el oprobio pero recordad que si el carácter terrible de Ecuménico podría acercarle a Adolf la Grulla vive en Baviera).









4 comentarios:

grulla dijo...

Que bien te sienta el ayuno, del que no hare mofa. Aunque me gustaría saaber a que tipo de secta perteneceis Vektor y tu. Por causa de la resaca que me acompaña pospongo otro tipo de comentario...a lo dicho.

grulla dijo...

Genealogía de la Teoría pictórica o figurativa del significado.

Al ver la foto no he podido sustraerme al hecho de que muy posiblémente en algún momento de los que pasaron juntos como estudiantes el bueno de Wittgenstein para que una sentencia, verbigracia, "Adolf, que hostia tienes" no fuese vacia y sin sentido o mejor aún carente de referencia, tuvo que propinarle al susodicho un juvenil copón o merla, de esas que llegan de abajo hacia arriba deslizandose por la pelona cabeza. Y que años después en uno de los cuadernos perdidos por Wittgenstein en alguna de las frias trincheras escribiera,concediéndose un relax en lenguaje poético porque muy a su pesar (y de tantos otros) lo que iba a decir carecía de referente, "¡Adolf, que golpe conejero tienes!" A saber qué bienes hizo Heródes al mundo,... los males ya los conocemos.

Motopico dijo...

Yo soy uno de los que sucumbió a la prosa reiterativa de Bernhard, y digo sucumbir porque lo primero que el austríaco propone al abrir "el sobrino de Wittgenstein" es un reto, un reto a digerir una escritura con la que inaugura -así me lo parece- nuevos horizontes estilísticos. Desistí pronto, pero no me dí por vencido. Hace tres meses, motivado por el interés que desde hace tiempo cultivo por la figura de Glenn Gould, me hice con "el malogrado". Sin bien en las primeras páginas quedó claro que la presencia de Gould era marginal, no me desanimé y seguí adelante, y no tardé mucho en rendirme -pero esta vez al talento- ante una líneas donde se diseccionaba con precisión la psicología del pianista frustrado, donde cada escena , con su particular composición/descomposición, era un estímulo constante, y donde las páginas te llevaban a un campo conceptual donde nada en literatura parecía estar inventado. Prueba cambiando de obra pero no de genio.

Andrónico dijo...

Sabia que te gustaría "el malogrado", no en vano el propio Bernhard fue un músico frustrado (estudio canto en Salzburgo pero problemas de salud le obligaron a renunciar). En cualquier caso, en todo lo que le he leído aparecen reflexiones y consideraciones y juicios acerca de interpretaciones de piezas, directores, autores etc que especialmente tú podrás disfrutar.