miércoles, 4 de noviembre de 2009

Un homenaje al ingenio

Dudé sobre si ponerlo o no... pero mejor ver que no ver y asi poder a cometer en razones.
Parece que ser murciano no es más que un acento y una marca.

6 comentarios:

grulla dijo...

Quise decir " acometer "... Me disculpo pero no me di cuenta hasta ya publicado y no se si se puede corregir algo publicado. Si se puede y alguien sabe como que me lo explique. abrazos pá tó

Andrónico dijo...

Vaya cruz tenemos (en Alicante yo también tomo porculo) con el acento. Ciertamente es horrible...

Motopico dijo...

El vídeo está de puta madre, y no le resta mérito que haya bebido de otros. Por cierto que en mi última incursión en la noche alicantina descubrieron mi murcianidad dos veces gracias a nuestro elegante acento. Hubiera preferido que me llamaran hijoputa. No obstante, ¡Viva Murcia cojoneh!

grulla dijo...

El caso es que a mi el acento murciano, como otros me da un poco igual, es cierto que no es especialmente bonito, pero hasta en esto las modas tiene cosas que decir. Ahora esta de moda entre los madrileños ( algunos al menos) el acabar las palabras con el "ico". En fin que lo que me toca los huevos es ese afan por insistir y remarcar y querer hacerlo seña de identidad en vez buscar otros caracteres mas "bonicos". Aupa ciudadanos del mundo. O de sus gentes.

Motopico dijo...

Paralelamente esta cuestión a mí me plantea "qué hacer" con el acento. No me traumatiza tener el que tengo pero al no gustarme procuro pulirlo en ciertos contextos. En el trabajo o cuando me topo por la vida con según que personas o contextos llego a pronunciar de modo inusitadamente correcto siempre que me concentre un poco, pero la concentración también implica tomar conciencia del modo "irreal" en el que te expresas, por lo que te (me) sientes ridículo (al menos yo si me escucho me sucede) cuando hablas a lo murcianico y tres cuartos de lo mismo si hablas a lo madrileño. Por corrección "lo madrileño" acaba por ser más recomendable, pero la encrucijada y la tensión motivados por el buen decir no desaparece. Abrazos.

grulla dijo...

Ante todo naturalidad...